Seguimos con recetas ideales para el invierno. Esta vez vamos a darle energía al cuerpo con esta receta de lentejas pardinas con morcilla de Burgos.
Una receta fácil, con gran cantidad de nutrientes y proteínas elaborado por Cristina del blog de Espía en la cocina en nuestra batería black.
Ingredientes para 8 personas
- 720 gr de lenteja pardina
- 1.400 ml de agua
- 1 y 1/2 cebolla blanca grande
- 2 zanahorias medianas
- 2 puerros (sólo la parte blanca)
- 2 dientes de ajo grandes
- 4 o 5 cucharadas de salsa de tomate casera
- 3 hojas de laurel pequeñas
- 1/2 cucharadita de pimentón de la Vera
- 1 y 1/2 cucharadita de sal
- 1/2 cucharadita de pimienta negra molida
- 6 cucharadas de aceite de oliva
- 2 morcillas de arroz de Burgos
- 5 cucharadas de aceite de oliva para freír la morcilla
- Harina para rebozar
ELABORACIÓN:
La noche anterior ponemos las lentejas en un bol con agua fría para que se hidraten y se ablanden un poco. Realmente con este tipo de lenteja, y como además en su envase indica, no hace falta ponerlas en remojo, pero yo aun así Cristina lo hace para que después se cuezan más rápido.
Al día siguiente desechamos las lentejas que estén flotando. Esas indican que no están buenas. Escurrimos bien, lavamos y escurrimos de nuevo. Reservamos.
Colocamos la cazuela a fuego medio y calentamos el aceite de oliva. Cuando esté listo, incorporamos la cebolla, los puerros, las zanahorias y el ajo bien picaditos y rehogamos durante 15-20 minutos hasta que las verduras estén tiernas. Incorporamos ahora la salsa de tomate, las hojas de laurel y el pimentón y cocinamos todo durante 2 o 3 minutos más removiendo un poco con una espátula de madera.
Añadimos las lentejas escurridas y cubrimos con agua. Subimos un poco el fuego y cuando comience a hervir fuerte, tapamos, bajamos el fuego y cocinamos las lentejas a fuego bajo durante 45-50 minutos. Pasado el tiempo, salpimentamos, mezclamos suavemente y probamos para saber si están tiernas. Si os gustan con más caldo, tendréis que añadir un poco más de agua caliente para no romper el hervor. Cuando las lentejas estén listas, apagamos el fuego de la cazuela mientras preparamos la morcilla de Burgos.
En una sartén calentamos el aceite y cuando esté listo, freímos la morcilla cortada en rodajas y pasada ligeramente por harina (esto se hace para que no salte ni se rompa) hasta que esté dorada por ambos lados. Las escurrimos en papel absorbente. Después, echamos las rodajas de morcilla fritas en la cazuela, mezclamos un poco, tapamos de nuevo y dejamos reposar durante 10 minutos. Y tras el reposo, nuestras deliciosas lentejas con morcilla de Burgos estarán listas para servir en la mesa. ¡Buenísimas!